En su autobiografía de 2017 «Unstoppable», Maria Sharapova recordó un momento conmovedor al ver jugar a Grigor Dimitrov, señalando su reacción emocional ante su presencia junto a su madre en el palco del jugador. Su romance, aunque finalmente terminó debido a trayectorias profesionales divergentes, había sido objeto de constante atención mediática durante su curso. Años después de su separación, Dimitrov se sinceró sobre su relación pasada en medio de los eventos en el Abierto de Miami, arrojando luz sobre su amistad duradera.
Dimitrov, un soltero elegible a los 33 años, recientemente se relacionó con los fanáticos de una manera memorable en el Abierto de Miami, desde entregar una rosa especial a un fanático hasta unirse a dos fanáticas para un paseo en teleférico. Cuando se le preguntó sobre su «chica de ensueño» y con quién le gustaría casarse entre las tenistas, Dimitrov navegó juguetonamente la conversación para revelar a Sharapova como su ex novia, destacando que siguen en buenos términos.
Su relación comenzó a finales de 2012 y se hizo pública durante el Open de Madrid de 2013, pero terminó dos años después. Desde entonces, Dimitrov ha sido vinculado con varias personalidades, pero sigue soltero. También se rumoreó que había tenido una relación con Serena Williams, aunque nunca se confirmó. Curiosamente, Williams apoyó a Dimitrov asistiendo a uno de sus partidos durante el Abierto de Miami del año pasado, lo que subraya una estrecha amistad entre ellos.
Clarificar la ruptura
Tras el anuncio de la retirada de Sharapova en febrero de 2020, Dimitrov fue uno de los primeros en elogiarla, expresando nada más que amor y respeto. Para entonces, Sharapova ya había seguido adelante, se había comprometido con Alexander Gilkes y había dado la bienvenida a un hijo, Theodore, en julio de 2022. Dimitrov reveló el comienzo fortuito de su relación en una entrevista de 2015 con The Telegraph, mostrando cómo un simple correo electrónico a la hora del almuerzo comenzó su conexión.
Por el contrario, la autobiografía de Sharapova arrojó luz sobre los desafíos que enfrentó su relación, particularmente el momento que a menudo entraba en conflicto con sus compromisos profesionales. Para Dimitrov, mediados de 2016 marcó un período desafiante no solo por su ruptura, sino también por los cambios en su equipo de entrenadores y una caída en su rendimiento en el tenis, que describió con franqueza como un punto bajo en su carrera.
En última instancia, ambos atletas eligieron priorizar su dedicación al tenis sobre su relación, marcando el final de su viaje compartido. Su historia continúa cautivando, ilustrando cómo dos figuras prominentes en el mundo del tenis lograron navegar con gracia por las complejidades de un romance público mientras mantenían el respeto mutuo y la amistad más allá de su conclusión.